Auroras Boreales Rusas

Os contamos otro viaje de ViajarSolo.com. La Madre Naturaleza siempre acierta al intentar sorprender. Y una de esas sorpresas que nos dio para hacernos sentir lo más pequeños posible, fueron en esta ocasión, las indescriptibles Auroras Boreales rusas. ¡Como saltamos y gritamos de alegría!

En busca de las Auroras Boreales Rusas

Siendo sinceros, después de un par de noches sin rastro de ellas, dado que estaba nevando y por lo tanto, nublado, nuestras esperanzas de verlas eran bien pocas.
De hecho, nos pasó por la cabeza que el viaje había valido la pena, aunque no consiguiéramos nuestro objetivo.

Las Auroras Boreales rusas

Pero a la tercera va la vencida, y eso que los pronósticos eran de 2 sobre 10 y así de la nada, ocurrió la Magia, ¡y encima a lo grande!

Salimos de la ciudad de Kirovsk, que estaba dentro de nuestro itinerario de viaje, para cenar y los expertos nos llevaron durante un buen rato en su vehículo hasta que al fin decidieron parar. Menos mal que nos abrigamos bien, porque fue la noche más fría de la semana. El contraste era grande, un cielo oscuro como el azabache y unos alrededores blancos, muy blancos. Todo un espectáculo, si además añadimos el cielo estrellado, y eso que tan sólo se veía una sombra blanquecina en el cielo, como una nube.

De repente, los viajeros más entusiastas de la fotografía, con sus grandes objetivos y cachivaches, empiezan a enfocar la silueta blanca. La curiosidad pudo con nosotros y al ver que en la pantalla era de color verde, supimos que era nuestro momento. Nuestro momento tan buscado, el de ver a las Auroras Boreales en la Laponia Rusa.

Emocionados y con nuestras vistas hacia arriba, con nuestros ojos abiertos como platos, de la nada, todo empezó a cobrar vida. La dichosa mancha blanca que parecía de todo menos una aurora boreal, tomó fuerza y tonalidades hasta llegar a ese punto que todos conocemos, un verde que se movía por los cielos despejados.

El espectáculo

3 horas disfrutando anonadados de tal espectáculo natural. Formas y movimientos a los que intentábamos poner nombre. De repente una línea, luego un corazón, los bigotes de un abuelo, y muchas cosas más a las la imaginación de cada uno ponía un objeto diferente.

Nuestros ojos, no sabían donde mirar y nuestros corazones parecían que iban a salir disparados del pecho. Esas formas verdes que creaban formas indescriptibles nos habían dejado anonadados.

Nuestra alegría no podía ser mayor, gritos y más gritos de alegría, aún intentando enfocar todo aquello que nos rodeaba y saborear tal momento. Quizá nuestra vista no esté tan capacitada para ver todo lo que estaba ocurriendo, pero nosotros sabíamos que era algo especial, tan especial, que quizá sería lo mejor que viéramos en nuestras vidas.

Después de tal viaje, verlas fue un alivio y una gran alegría a la vez.

Gracias, Auroras Boreales rusas

Nos habíamos olvidado del frío y hasta de hacer fotos, pero aún así sacamos nuestra GoPro para tener algo de material para enseñaros.

Estuvimos durante un buen rato emocionados, y eso que no dábamos un duro por llegar a verlas y fue una noche realmente excepcional.

El no esperar nada y sorprenderse con semejante belleza, no tiene nombre y se agradece mucho más, dado que también se agradecen esos momentos mágicos durante tu viaje tan esperado.

La naturaleza es brutal, y pudimos disfrutar de ella gracias al viaje de las auroras boreales rusas de ViajarSolo.

¡Aprovechad las nuevas fechas de viaje para 2020!